El origen del Covid 19 es un virus originado por el consumo humano de la civeta, el pangolín o los murciélagos en China, donde es muy común que se vendan animales vivos para preparaciones gastronómicas y medicinales.
Lo cierto, es que las peores epidemias en la historia de la humanidad han sido causadas por el consumo de animales. En el año 2003 la Gripe Aviar (H5N1) nació también en China por el contacto y consumo con aves infectadas, registró 861 infectados y 455 muertes. En el 2002 el virus Sars y el 2012 el Mers fueron originados por murciélagos. El Sars ocasionó 8.098 contagios con un 10% de fatalidad. A su vez, el Mers llegó a 2.494 infectados y 858 muertes.
Sin embargo, la enfermedad que más amenaza representaba a la fecha es la AH1N1. La conocida como Gripe Porcina alcanzó más de 1 millón de infectados. En este caso, el virus nació de los cerdos, animal altamente demandado para la ingesta humana a nivel mundial, que fácilmente generó una pandemia.
Y aunque en la mayoría de estos casos influyó la propagación de persona a persona, el origen sigue siendo uno: la industria que abusa de los animales para beneficio humano. Más del 70% de las infecciones emergentes de los últimos cuarenta años han sido zoonosis, es decir, enfermedades infecciosas causadas por bacterias, virus, hongos o parásitos que se transmiten de animales a humanos.
La buena noticia es que según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el consumo de alimentos cárnicos ha disminuido en un 3% a nivel mundial, lo más bajo que se ha registrado desde 2011. En Chile a su vez, según cifras del Banco Central, disminuyó el consumo de carne en un 41% con respecto al año pasado, y en su reemplazo, las legumbres han ido al alza, con un 200% en el mismo periodo.
Si bien, este cambio de hábitos se debe en gran parte al cuidado el bolsillo de la población, al impacto psicológico de la cuarentena y la inevitable relación entre el consumo de carne y enfermedades pandémicas, se espera que dentro de los próximos 10 años crezca de manera estable el uso alimentario de cereales, raíces, legumbres y tubérculos, con una tasa de 1.9% al año, impulsado por motivaciones éticas como prescindir de las carnes para no contribuir con la explotación animal y ambiental.
Los beneficios para la salud asociados al consumo de legumbres son muchos, por su alto aporte en fibra soluble e insoluble, su buen contenido de proteínas (entre un 20% y 30%), su buena proporción de carbohidratos (entre 50% y 65%) y su bajo aporte de lípidos (cerca de 1%). Además, la presencia entre sus componentes de otras sustancias como los fitoquímicos y taninos, le otorgan también efectos antioxidantes. Características que hacen de las legumbres un alimento anticancerígeno, anti enfermedades cardiovasculares, diabetes y obesidad.
Sin ir más lejos, si comparamos nutricionalmente una porción de legumbres (¾ taza) con una de carne de pollo, la porción de legumbres aporta 0,4 gramos de grasa total, 0% colesterol, 0,1 gr. de grasas saturadas, 4 mg. de hierro y 90 mg. de calcio, mientras que la segunda aporta 3,4 gr. de grasa total, 41 mg. de colesterol, 1 gr. de grasas saturadas, 1 mg. de hierro y 7 mg. de calcio. ¡una gran diferencia!
Recordemos que Chile es el tercer país con mayor índice de obesidad y sobrepeso en América Latina, por lo que es una buena estrategia comenzar a incentivar una alimentación basada en plantas donde nuestra fuente alimenticia proteica sean las legumbres en todas sus formas de preparación. Por economía, sustentabilidad, nutrición y salud.
Fuentes: